04 julio 2011

New York State y Boston

Buenos dias por la noche:
Muchos días han pasado desde la última entrada. Podríamos disculparnos, pero no vamos a hacerlo. En su lugar vamos a contaros en qué se nos ha ido el tiempo.
Esta será una entrada peculiar porque por primera vez no hablaremos de un único sitio sino que haremos un remix en el que hablaremos de casi una semana entera.
Primero NYC 2.0. Nos habíamos quedado contándoos que nos habíamos mudado a un albergue cutrecillo. Ahora que ha pasado el tiempo y podemos ver las cosas con perspectiva hemos decidido modificar nuestra opinión: no era cutrecillo sino... suupercutre. Podría entrar en el top five de albergues cutres en los que hemos estado siguiendo a Rotterdam y Praga, que dejaron el listón demasiado alto... o bajo, según cómo se mire.
¿Y por qué es tan cutre? Os preguntaréis, queridos aunque improbables lectores. Pues empezando porque tenía una cocina tamaño armario empotrado que, si ya era de por sí pequeña, se veía aún más reducida por la presencia de LOS HABITANTES, esos seres que poblaban el albergue y trabajaban en él a cambio de alojamiento en lugar de a cambio de un sueldo. Se comportaban como si estuvieran en su casa porque, de hecho, lo estaban, haciendo que nos sintiéramos como intrusos que no podían ocupar ninguno de los pocos sitios existentes y ya reservados.
Continuemos por los baños: ¿os resulta familiar la sensación de que si mientras te duchas rozas la pared o la cortina vas a salir con tres brazos?¿de que vas a salir de la ducha con más mugre de la que tenías al entrar? ¿de que el moho de las cortinas está tan desarrollado que te saluda al entrar? Pues estos baños eran de esos.
Nota a familiares y amigos: no se han producido mutaciones genéticas y no tenemos más deformidades de las habituales. Al menos no las teníamos hasta LA NOCHE EN EL CAMPING, pero eso viene después.
Para cerrar el círculo de alegrías en NYC buscamos en internet sitios para salir que no fuesen muy caros y encontramos uno que tenía barra libre durante una hora todos los viernes si nos apuntábamos mandado un mail con nuestro nombre esa misma tarde. Lo hicimos y por la noche nos arreglamos un poquito y cogimos el metro hacia allá. En lugar del bar había un edifico de apartamentos donde parecía que nunca había habido un bar. Nada más que añadir.
A cambio, para amortizar nuestros billetes de metro (en serio, ¿qué les pasa? ¿por qué cobran más de 2 $ por un billete?), encontramos una zona bastante guay llena de bares no caros con happy hour que duraba horas y horas (a veces incluso hasta las 2 de la madrugada): 2nd Avenue de St Mark's St hacia el sur. St Mark's St (entre 3rd y 2nd Av) estaba llena de sitios para salir y comer bastante barato y habá un bar irlandés, Dempsey's, en 2nd Avenue entre las calles 3 y 4, que estaba muy bien, así que allí nos tomamos unas cervezas, que si bien no eran de barra libre gratuita estaban bien de precio las acompañamos de conversación con Paul, el puerta irlandés del bar irlandés.
Hablando de recomendaciones, tenemos una más aunque no tiene mucho que ver con esto: el puestecito de comida de Sam's Falafel, justo al lado de Wall St. y la Trinity Church, en una plaza llena de puestos de comida, que tiene un falafel de muerte y nada caro. La prueba es que mientras todos los demás puestos estaban vacíos, este estaba lleno de neoyorquinos trajeados esperando para comer aquí.
En NYC hicimos un descubrimiento, y es que en el Subway (la tienda de bocatas que existe también en España) hay cada mes un bocata del mes por 5 $ con el que comen dos personas, porque es bastante grande, mientras que comer bocatas individuales cuesta bastante más y tienen el mismo tamaño.
Cambiando de tercio, mientras estábamos en NYC se legalizó en el estado de Nueva York el matrimonio homosexual, así que es el sexto estado que lo legaliza en el país.
Intentamos ir al desfile del orgullo, pero en NYC fue el finde posterior a que nos fuésemos y en Boston, nuestras siguiente parada, había sido el anterior a que llegásemos.
Hablemos de Boston, pues. Nos hemos llevado una grata sorpresa, aunque al llegar teníamos una sensación bastante agridulce.
Por un lado llovía bastante y las calles de Boston están mal hechas. Y no diferente, sino mal. Se llenan de charcos enseguida y circulando por ellas con maleta teníamos la sensación de estar intentando cruzar el río Charles. Sin embargo, nos vimos obligados en dos ocasiones a pedir indicaciones sobre cómo llegar al albergue y en ambos casos los bostonianos se pararon amablemente bajo la lluvia y no dudaron en sacar sus iphones y buscar en el mapa hasta que nos había quedado bien claro por dónde era.
El albergue (el de Hostelling International), relativamente céntrico, estaba bastante decente, con las únicas pegas de que la conexión a internet era inexistente y se negó a funcionar hasta el último día y de que nos separaron porque en teoría no había habitaciones mixtas y nos encontramos con que ambos estábamos en habitaciones mixtas separadas.
Boston es una ciudad que, a pesar de no tener ningún monumento de visita imprescindible, resulta la mar de agradable (además es andable, no es necesario coger el coche ni el transporte público para ir de un lado a otro).
Como curiosidad, tiene una ruta por los principales puntos de interés de la ciudad, el Freedom Trail, que no requiere un mapa, puesto que hay una doble línea de ladrillos rojos integrada en el suelo que te lleva, cual Dorothy con el camino de baldosas amarillas, de visita por la ciudad donde empezó la revolución americana.
Punto imprescindible: Quincy Market, un antiguo mercado (Parte del Freedom Trail) ahorea repleto de sitios en los que comprar comida de todos lados del mundo para comérsela en las mesitas instaladas en el segundo piso. Os precios sin aceptables y se puede encontrar desde langosta hasta pizza pasando por comida asiática, mexicana, etc. Además, siguiendo la callecita en la que el McDonald's de Quincy Market hace esquina se puede encontrar una decena de bares con precios más que aceptables para las pintas (entre 2 y 3 $).
Recomendación culinaria de Boston: los cannoli de Mike's Pastry. Esá en la calle principal del North End (que es como se llama aquí a Litte Italy) y podréis empezar a preguntaros por qué es tan famoso según lleguéis a la ciudad, puesto que empezaréis a ver a gente con cajas de Mike's Patry por todos lados y colas kilométricas que avanzan muy rápido cuando os acerquéis. Tienen cannoli de todo tipo (y cuando decimos todo queremos decir todo...excepto quizás de fabada y alguna cosilla más).
En Boston también nos dimos un paseíto por Harvard y la MIT, donde, por cierto, fuimos los más friquis del universo buscando el despacho de Noam Chomsky. No lo conseguimos pero en su lugar descubrimos el club de Quidditch de la MIT, que no solamente tiene trivial de Harry Potter con premios para la casa que más puntos tenga, sino que además tiene entrenamientos semanales de Quidditch. Cabe mencionar, para aquellos que lo desconozcan, que la MIT destaca por concentrar a los mayores genios en ciencias y tecnología de Estados Unidos y posiblmente del mundo (entre ellos el inventor de la sopa Campbell's). Insistimos, genios jugando al quidditch, lo cual requiere escobas voladoras y pelotas con vida propia.
En Harvard, quisimos estar a la altura del nivel intelectual, así que dedicamos un buen rato a jugar al chinchón en el césped mientras alucinábamos con las residencias, facultades y bibliotecas.
El día siguiente, 28 de junio, marcó un antes y un después en nuestro viaje: conocimos a Chuso y desde entonces somos inseparables. Chuso, abreviatura de Massachuso, es un Hyundai Accent blanquito y su nombre viene de su lugar de matriculación, Massachusetts. Es un poco presumido y asmático (se ahoga un poquito en las cuestas), pero es muy apropiado para este viaje ya que en la matrícula pone “The Spirit of America” y tiene un maletero descomunal en el que cabe todo sin problemas.
Salimos de Boston para dar una vueltecita por Salem, la ciudad de la caza de brujas, pero para cuando conseguimos aparcar ya nos había decepcionado tanto que decidimos seguir el camino hacia Galway, NY., donde nos esperaba la familia americana de Nuria (y decir familia no es exagerado, puesto que, como de costumbre, nos han tratado como si fuésemos realmente sus hijos).
Cambiando el plan inicial, que era dormir una noche allí e irnos a Nueva Inglaterra al día siguiente, decidimos quedarnos allí varios días disfrutando de la vida en familia en el campo y no podríamos estar más contentos con nuestro cambio de plan. Nunca van a ser suficientes las gracias que les demos por cómo nos han tratado y esperamos que vayan de visita a España pronto para tener a oportunidad de hacer lo propio.
Sugerencias culinarias: el restaurante Raindancer, el desayuno typical American preparado por Barb, los filetes y la white gravy de Rod, absolutamente TODO lo que alga del huerto de esa casa (menos la serpiente que nos persiguió) si hubiéramos estado mas días posiblemente todo lo qu nos hubieran preparado.
Aprovechamos para desearle buen viaje a Barb (que se muda a Colorado), para decirle a Joy que si quiere le mandamos la receta del salmorejo y para decirles a Becca y Rod que queremos fotos del caballo nuevo.
Los campings y el cruce de la frontera a Canadá, en la próxima entrada, amigos. Os dejamos para dar nuestra primera vuelta por la ciudad de Quebec.


(Miguel a punto de ser atropellado)

(Suculentas cupcakes en Quincy Market)


(Quincy Market desde fuera)


(Nuria con bigote)


(Vista de Boston desde la MIT, en Cambridge)


(Barb, Nuria y Becca en el Raindancer)


(Rod y Bailey)


(Becca delante del establo de su casa)


(Miguel, Nuria, Becca, Bailey, Rod y Yankee)

3 comentarios:

  1. Voy a dejar de leeros porque cada vez me estáis dando más envidia. Pasadlo bien!!

    PD: la traducción al inglés os la curráis vosotros o la hace Blogger?

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  2. La traducción se la curra servidora (Nuria), aunque hay veces que omito cosas o resumo a propósito por falta de tiempo.
    ¿Algo que objetar a mis traducciones a contrarreloj? :D

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  3. El albergue de Boston es en el que estuvimos nosotras! Ahí pasamos alguno de nuestros ratos más decadentes tocando la armónica en el comedor vacío cuando era de noche a las cinco de la tarde :)

    Cris

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