Viajeros

A Nuria le gusta toda la música del mundo, meterle papeles inútiles a Miguel en el bolsillo sin que él se dé cuenta, cantar en la ducha, leer, llevar gafas, los colores vivos, pintarse las uñas, bailar delante del espejo, ver a la gente durmiendo con la boca abierta en el metro, los zapatos de tacón en pies ajenos, los cuadernos sin estrenar, Robert Doisneau, los pic-nics con queso y vino, hacer tartas de todos los sabores, tamaños y colores y hacer fotos.
No le gusta que Miguel se dé cuenta de que le está metiendo papeles inútiles en el bolsillo, ni andar con sandalias por el centro de Madrid porque se le quedan los pies negros, ordenar su habitación, las faltas de ortografía, que la gente no se lave los dientes antes de irse a dormir ni tampoco le gusta tener alergia al sol.


A Miguel le gusta que Nuria le meta papeles inútiles en el bolsillo y hace como que no se da cuenta (aunque jamás lo admitirá), leer todos los periódicos posibles para contrastar las mismas noticias, la historia, el barrio 13 de París, jugar al Trivial, reírse de Nuria cuando está embobada con cosas de colores, la política y pasar por la puerta pequeña de Imaginarium.
No le gusta no ser capaz de dormirse en el coche, ni ir de compras, la sintaxis, que la gente hable más alto en lugar de más claro, estar tirado sin hacer nada, que le pillen por sorpresa con cosquillas en la rodilla ni llevar chanclas de dedo.