El día en DC ha sido mortalmente agotador. Hemos de admitir que nos ha faltado un día para ver la ciudad con tranquilidad y para poder ir más allá de Washington como capital para descubrir un poco más Washington como ciudad.
Hemos comenzado el día en el US Memorial Holocaust Museum, el afamado museo del holocausto de Washington, con una exposición muy bien montada sobre la propaganda nazi. Tenía paredes que simulaban paredes de ladrillo y columnas que imitaban las de una ciudad real que estaban plagadas de carteles que imitaban algunos anuncios propagandísticos del partido nacionalsocialista. Además, había partes interactivas con pantallas táctiles en las que se podían elegir vídeos documentales, tanto antiguos como modernos, acerca del movimiento propagandístico nazi.
Por lo demás, un poco decepcionante (sin contar con que la exposición en sí era un poco propagandística con un pie en la Alemania nazi y el otro en la realidad actual de Israel).
Después del museo llegó el atracón de monumentos históricos del National Mall: los edificios del Smithsonian (un montón de museos gratuitos de gran reputación, aunque no entramos en ninguno por falta de tiempo), el Capitolio (que alberga el Senado y el Congreso y donde había, como cada Día del Padre estadounidense, una protesta en favor de la custodia compartida y los derechos de los padres), las bibliotecas del Congreso, el Tribunal Supremo, las oficinas del Congreso y del Senado, el obelisco en honor a Washington, la Tidal Basin (un laguito) con el memorial de Roosevelt, el memorial de la Segunda Guerra Mundial (un buen lugar para refrescarse los pies en la fuentecilla) y finalmente el memorial de Lincoln, frente al cual, entre otras cosas, Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso de “I have a dream...”.
¿Os suena la piscina gigante que hay entre el obelisco y el memorial de Lincoln? ¿Esa en la que Jenny se mete vestida de hippy gritando “Forrest! Forrest!” cuando Forrest Gump está hablando ante miles de personas sobre Vietnam? Pues ya no está, ahora es un compendio de barro y excavadoras. Y no muy agradable para la vista precisamente.
Después de la maratón de monumentos y edificios gubernamentales, para cambiar de tercio, nos dirigimos a la para nada gubernamental casa blanca, donde Obama nos recibió con té, unas pastitas y francotiradores en el tejado.
La verdad es que la casa blanca es más pequeña de lo que parece. Da la impresión de que al pobre Obama, primer presidente negro del país, no le cabe allí ni la... famosa mesa oval.
Frente a la Casa Blanca se concentraban, además de un gran número de turistas, grupúsculos de manifestantes entre los que estaban una acampada antinuclear formada por un único señor que aparentemente lleva allí desde 1982 (y su barba lo confirma), una asiática que cantaba pasajes de la biblia con un megáfono entre carteles de “Obama fascista” y banderas de Israel, un grupo de Bangladesh pidiendo democracia y un único señor con unas 15 pancartas distintas que abarcaban todos los temas imaginables desde Bin Laden al vegetarianismo pasando por el matrimonio gay y el software libre.
Y por fin llegó nuestra primera parada de verdad en todo el día: la cena de las seis de la tarde. Ya que el día iba de monumentos americanos y dado que los precios de la capital invitan al ayuno, decidimos homenajear al payaso más famoso del mundo (con el permiso de Miliki) y comernos un económico Big Mac.
Después de recorrer la avenida de las embajadas llegamos a Dupont Circle, un barrio muy cool lleno de bares, restaurantes, librerías, cafeterías y gente, donde dimos una vuelta antes de dirigirnos otra vez al National Mall para ver los monumentos iluminados de noche.
Finalmente llegamos al albergue, cuyas paredes estaban cubiertas de amenazas en forma de carteles que advertían de las multas correspondientes a todos los comportamientos inadecuados (es decir, todos excepto comer, dormir, ducharse y andar descalzo por el albergue).
Al día siguiente, entre lluvia y carreras, cogimos el bus que nos llevaría a Nueva York, pero esa es otra historia.
(El obelisco de Washington iluminado por la noche)
(Uno de los edificios del Smithsonian)
(Miguel delante del Capitolio)
(Miguel pronunciando su primer discurso delante del Capitolio)
(Imagen de lo que hay ahora en lugar de la piscina del obelisco)
(Nuria y Lincoln)
(Miguel gritándole a la Casa Blanca)
Ya instalados de nuevo en casita os seguimos en vuestras aventuras. Las fotos de nuestro tour las dejamos para la vuelta. ¡Queremos saber más! Besos
ResponderEliminarMe gusta. Tenéis que poner una opción de Thumbs up o algo así. Es necesario para tu camiseta color coral que compraste conmigo y para Lincoln y su dream; y para miguel y su discurso; y para el señor de las 15 pancartas y para.. y para...
ResponderEliminarAy esos primeros planos...como sabéis ponerme los dientes largos en la distancia!xD. Nuria, te tengo que dar la enhorabuena por las entradas que publicas, enganchan la verdad! Miguel, lo siento, se que perteneces a mi club, los que juntamos varias palabras juntas escritas con sentido en una frase y provocamos que ese día se pare el mundo,jajjaa.
ResponderEliminarTonterías a parte, que como veis tengo para rato...Me alegro un montón de que estéis disfrutando el viaje! Sólo desearos buena suerte y animaros a que sigáis disfrutando de esta bonita experiencia.
Un beso enorme preciosxs!!
David.